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Estamos hechos de palabras.

Palabras que hemos escuchado, hemos dicho, hemos tratado de olvidar, hemos querido decir, hemos vuelto a pronunciar.

Hechos de una historia más narrada que vivida. Porque nuestra historia no es nuestra historia, sino lo que contamos de ella y, así, terminamos convencidos de que es la nuestra.


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jueves, 29 de septiembre de 2011

¡Silencio! Callen todos

¡Silencio! Callen todos.
Nadie profane el murmullo de los pájaros,
Nadie quebrante la tarde que se hunde, nadie se atreva
A tocar esta paz,
Esta ausencia, esta muerte que nace
en el otoño incipiente.
¡Silencio!
Aléjense de mis cavilaciones.

Si alguien supiera qué hay en mí…
Si alguien viera
la desnudez absoluta, la que me abarca
cuando se hace noche en la ventana,
cuando no hay lunas,
cuando tarda la mañana
y tengo frío y necesito que me abriguen
y pasen la mano por la espalda…
Entonces, tal vez,
yo duerma,
como un perro sin dueño o
indigentes bajo un puente.

M. P. V.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

ay....como un perro sin dueño...
Paula, qué modo de decir el dolor!!!

Anónimo dijo...

En tus manos estas palabras suenan a la desprotección de un acorazado.
Yo igaul te mimaría hasta dormirte.
Vir

Anónimo dijo...

Mujer, tú sí que sabes nombrar las cosas sin mencionarlas!
Xavier

Anónimo dijo...

Me duele y me da esperanza. Será el final, "bajo el puente".
Eso es algo de abrigo.
Te escribo por un tema literario.
Adriana

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

¡Venga, qué bueno! Dejando a un lado lo que uno se identifica con el texto, que es mucho, atrapo en mi red de palabras "hace noche en la ventana" y la "tarde que se hunde". Brillantes, esa idea de que la noche es también un pozo.

Abrazos.

Maria Paula Villanueva dijo...

Perdón la demora, anónimos. Gracias por sus comentarios.
Todos me devuelven una mirada nueva y resignificada de los que expreso poéticamente.

Maria Paula Villanueva dijo...

Goathemala: gracias por tus apreciaciones que me hacen descubrir expresiones que escribo casi sin darme cuenta y que me resultan bellas con la lectura de los demás. Gracias, en serio!

Anónimo dijo...

Los otoños de ocres intensos y jazmines olvidados no pasan sin dejar huella. En tiempos así se recomienda cerrar los ojos y sumergirse en una llanura inmensa, tan lejana como amada, correr intensamente hasta lograr abrazar la inmensidad misma y llorar hasta que duela. Si consigue eso y logra que, al mismo tiempo, alguien la peine tan suavemente como pueda hacerlo, dormirá, no lo dude que dormirá. Al despertar la esperarán nuevamente los ocres y los jazmines (Usted bien sabe que ellos en otoño no piden ni dan tregua).

Anónimo dijo...

Fragilidad: tu nombre es mujer; Fortaleza: tu nombre es Paula.
Porque te escondes dulce en el orgullo, pequeña y dulce, corazón coraza. Le robé a Benedetti esta última parte, que hemos leído de tus manos.
jamás uno imagina qué se enconde detrás de semejante presencia.
Un abrazo, miss!

Maria Paula Villanueva dijo...

Querido/a: uno nunca sabe qué luz o sombra proyecta su imagen. Fortaleza/fragilidad... las dos faces de la misma luna.
Esta profesora "alunada o lunática", frágil o fuerte los ha querido mucho.
Siempre están en mí!

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Gracias María Paula. Un distanciamiento me vendrá bien, ganaré en perspectiva. Veremos si se levanta el precinto :-) Cada vez percibía más molesta la necesidad de constreñir los textos para adaptarlos al blog, me hacía recargarlos, hincharlos. Eso, en sí, no es malo: tengo algo que decir. Veremos si esta fiebre es pasajera y distiende mi manera de comunicar. Pero yo sigo escribiendo ¿eh? Gracias por las comparativas con uno de mis favoritos, Bioy. Un abrazo.

Maria Paula Villanueva dijo...

Estimadisimo Pedro: Disculpame las faltas de acentos y esas cosas de teclados; simplemente digo que te comprendo, que comparto, que es bien distinto cuando uno escribe para el blog que cuando adapta para èl. Yo tambièn me siento tentada a colgar el cartel de CERRADO POR VACACIONES o el de lIQUIDACIòN. No es fàcil decir adiòs, ya lo he dicho, y es tan dificil para el que lo dice, como para el que es abandonado.
Te espero, al menos, en tu lectura sabia.
Si se me permite... te envio un abrazo literario desconcolado, pero que no se resigna!!

Anónimo dijo...

Shhh... se alejan mis cavilaciones! Que nadie las traiga a mis días, no otra vez.
Sublime!
C.B.
Notable el desdoblamiento de los dos blogs

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Por supuesto que afluiré por aquí.

Además, ahora leo con gusto a Benet (Volverás a Región) y ya no me parece tan recargado nada de lo escrito. Todo es cuestión de perspectiva.

Un abrazo literario y amistoso.

Isabel Barceló Chico dijo...

Me gusta mucho tu poesía, maría paula, la fuerza de tus palabras, ese imperativo firme, ese desgarro. Te felicito. Un abrazo muy fuerte.

Maria Paula Villanueva dijo...

Pedro: gracias por tu promesa de visita, y sigue leyendo que siempre hace tanto bien, no? Incluso para redescubrir de otra forma lo que hemos leído hace tiempo.
Isabel, gracias por tu lectura!
Yo te felicito por aquí también y te recomiendo para ser leída pues es un placer!

Anónimo dijo...

María Paula: participo en un taller literario en Centenario, Argentina,que dirige Adriana Trecco. Estuvimos trabajando autorretratos con un ejemplo tuyo. Me gustó mucho tu forma de narrar una vida en tan poco espacio, y me sentí muy identificada con el tema de las mudanzas y el desarraigo, y los patines de ruedas anaranjadas. Fue lindo leerte y descubrirte. Graciela.

Maria Paula Villanueva dijo...

Anónima:
Es tan misterioso el camino de la literatura!Que en Centenario un grupo de talleristas haya leído mi pequeña biografía me hace sentir que el desarraigo no es tanto, ni tan doloroso. Al menos mis palabras han vuelto.
Te envío un abrazo literario muy grande. Gracias por pasar por aquí para expresarme aquello con lo que te has identificado, así como aquello que te ha gustado.
Cuando así lo quieras puedes subir un texto tuyo para compartir conmigo y aquellos que pasen por estas páginas.
Gracias, una vez más!!!!

Maria Paula Villanueva dijo...

Me había perdido el detalle de tu firma, pues entonces... Gracias, Graciela!!!

David Cotos dijo...

Bien intensa. Bonito poema.

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